Todos podemos sentirnos enfadados, ante una injusticia, una ofensa, o cuando no se nos permite hacer lo que queremos... Pero cuando el enfado es la
emoción que predomina o es desproporcionado, pueden surgir problemas. En ocasiones el nivel de ira es tal que va acompañado de conductas agresivas, pueden ser verbales o físicas, a objetos o
incluso a otras personas. El hecho es que dejarse llevar por esta emoción provoca un grave impacto; se dañan las relaciones con los demás,.... Y a largo plazo puede provocar problemas
cardiovasculares.