Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)
Preocupación excesiva. Se siente miedo y preocupación de forma desproporcionada por muchos temas. Los miedos son muchos y muy intensos; perder el trabajo, sufrir un accidente, que a los hijos les ocurra algo malo...
Hay necesidad de comprobar constantemente que va todo bien, sino es así surgen los pensamientos catastrofistas de que ha ocurrido o puede ocurrir lo peor. Se vive en un estado de ansiedad constante.
Pánico/Agorafobia
Los ataques de pánico o Crisis de Angustia, son un estallido de ansiedad muy fuerte. Son inesperados, y producen miedo a estar en peligro. La persona puede experimentar sensación de ahogo, taquicardias, sudoración, mareos, inseguridad, llanto o temor a sufrir un infarto, volverse loco o morir.
Les preocupa mucho volver a sufrir un ataque de pánico y no poderlo controlar ya que son impredecibles, por lo que se puede experimentar también Agorafobia; miedo a situaciones o lugares en los que no puedan huir en caso de sufrir un ataque de pánico o recibir ayuda como calles muy concurridas, autobuses, centros comerciales... Por lo que van evitando salir de casa en la medida de lo posible o si lo hacen siempre acompañados de una persona de su confianza.
Hipocondría o ansiedad por la salud
La persona cree que padece o puede padecer alguna enfermedad grave. Cualquier sensación corporal o cambio en el cuerpo puede ser motivo de preocupación y ansiedad.
Se realizan pruebas médicas, hacen muchas consultas, controlan sus síntomas, buscan información sobre su enfermedad. Sufren mucho, piensan que pueden morir y que no le están prestando la atención necesaria.
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
La persona ha vivido, ha visto, o escuchado una situación que le ha producido un gran impacto; un accidente, un atraco, una violación, una catástrofe natural,... Se siente un terror intenso.
El trauma se revive mediante flashbacks, pensamientos recurrentes e intrusivos, y pesadillas. La persona puede creer o comportarse como si estuviera ocurriendo el suceso traumático y experimentar alucinaciones, temblores, sudoración, palpitaciones, sensación de ahogo, inestabilidad, mareo, desmayo...
Se sufre un malestar muy intenso ante cualquier estímulo que recuerde al trauma. También puede darse depresión, problemas de sueño, ataques de ira, hipervigilancia, abuso de alcohol y drogas entre otros.